martes, 14 de diciembre de 2010

¿Juicio contra la verdad?


Hace poco más de dos horas, el enésimo capítulo de una nueva página del caso que está predestinado a marcar un antes y un después en el mundo (y el del periodismo), ha dado comienzo. Julian Assange se ha sentado en el banquillo del juzgado londinense de Westminster para defender su inocencia y lograr, xomo finalmente ha hecho a la espera de la apelación de la Fiscalía, una libertad bajo fianza -fianza por cierto que más de un famoso se ha prestado a financiar- que le permita abandonar la cárcel desde que el pasado 7 se entregase en la comisaria. Con este gesto, el de su entrega, la polémica saltó a las portadas por todo el globo. El cable que une Wikileaks a estos se multiplicó para dar cobertura de un juicio que irá más allá de la postrera sentencia final.
Desde que Wikileaks vio la luz en la oscuridad recondida de la web la polémica iluminó todas sus filtraciones. Se filtraron 250.000 documentos de la diplomacia estadounidense, evaluaciones hechas por la Casa Blanca sobre personajes de tanto calado como Angela Merkel, canciller alemana, o Juan Carlos I y el presidente del gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero.
Como si de la llama que ha prendido la mecha de su sentencia se tratase, cuando Wikileaks ha empezado a filtrar (que no informar comunicativamente hablando)archivos incómodos gubernamentalmente hablando, los dos casos de violación imputados al australiano (hay que tener en cuenta la justicia sueca y que considera esta como violación)el fundador de Wikileaks se convirtió en el perseguido número uno a nivel mundial. De esta persecución se han derivado acciones en defensa de Assange contra portales como MasterCard o PayPal que se han posicionado del, como denomina el propio imputado, "de Estados Unidos como instrumentos de su política exterior". Por todo ello, y advirtiendo que todo esto sobrepasa mi limitado entendimiento, una cuestión me corroe. ¿Está Julián Assange en el punto de mira por el mero hecho de querer descubrir y mostrar sin tapujos la verdadera realidad? Espero que no

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