El primer año de Sainz en el equipo, en 2006, fue de aterrizaje, dice él mismo. "Intentamos tapar sus deficiencias", afirma. "Apenas tuve tiempo para conocer el coche. Hice algunos tests, pero teníamos poco tiempo de reacción. Conseguimos una puesta a punto aceptable. Y ganamos etapas, pero había problemas de fiabilidad. El coche se rompía a mí y a mis compañeros. Lo digo porque al principio decían que yo corría mucho y que por eso rompía", se defiende. En 2007 el coche demostró ser competitivo, aunque "le seguía faltando fiabilidad". Era su segundo año en África y había tenido mucho más tiempo para trabajar: "Se hizo un coche supercompetitivo. De Villiers y yo íbamos ganando prácticamente el rally, pero se nos rompió otra vez el motor". El piloto cree que ya era lo suficientemente bueno en 2008, edición suspendida por la falta de seguridad tras un atentado días antes de que arrancara la prueba. "Yo sabía que, además de rápido, el coche era ya lo suficientemente fiable. Nos costó muchos kilómetros por África".
Las grandes diferencias entre el coche del primer año y el actual está en la puesta a punto: "Hemos hecho mejoras en las suspensiones, en la geometría, en los amortiguadores, en los frenos, la dirección asistida, el motor..., en todos los aspectos", resume. Desde su llegada Sainz colaboró con el equipo, que además fichó a un ingeniero con el que el madrileño ya había trabajado antes: el coche dio un gran paso en cuanto a rapidez. De hecho, ya en 2007 Mitsubishi ganó el Dakar sin lograr ninguna etapa. Pero Volkswagen tuvo un problema inesperado, "con una pieza estúpida, tonta, del motor, que vale cuatro euros, y que nos dejó tirados", explica Sainz.
El Touareg de 2008 es básicamente el mismo que se utilizó en el primer año en Argentina, cuando yendo con una gran ventaja, y a falta de pocos días para que terminara el rally, Sainz y su copiloto, Michel Piren, tuvieron un accidente que les obligó a abandonar: "Sabía que ese año el coche era robusto, que no se iba a romper e iba a ser competitivo", dice. La victoria fue para otro Volkswagen: el de Giniel De Villiers. En 2010 la victoria volvieron a jugársela dos coches de la fábrica alemana. Y fue Sainz quien se llevó el gato al agua. Este año, de nuevo, son Sainz y su compañero de equipo Nasser Al-Attiyah, los grandes favoritos para ganar el Dakar. Dos Volkswagen. El de Sainz ha ganado cuatro de las seis etapas disputadas hasta ahora. El del catarí ha ganado una. El tercero en discordia es el BMW de Stéphane Peterhansel, que también ha ganado una etapa, a quien nadie se atreve a descartar. "Catorce minutos, en el Dakar, no son nada", dice Sainz.Fuente: elpais.com
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